—¿Miss Kate Sui? —llamó el doctor cuando la vio entrar—. La anciana, tan orgullosa y pomposa, frunció el ceño al verlo. Más le valía que su familia no estuviera desaparecida y que todo lo que Nari le había contado fuera una mentira. No podía permitirse tal noticia en ese momento. A menos que el manicomio estuviera dispuesto a pagar por todo lo que les ha gastado.
—Doctor, ¿qué es esto que estoy oyendo? —Kate fue directa al grano. No había necesidad de dulcificar nada. Sabía lo que quería ahora y no se iba a arriesgar.
—Lamentamos mucho su pérdida, señora Sui. Por eso le advertí antes que se los llevara o pagara por un lugar mejor. Grace era buena mujer, pero mató a nuestra enfermera —el doctor intentó explicar de manera educada.
—¿De qué está hablando, doctor? —preguntó esta vez Nari.