—Nari, no hagas ninguna tontería, no tenemos dinero para pagar por la campaña que iniciaste. Me temo que tendrás que resolverlo tú misma —dijo Kate. Ella tenía otras cosas en las que concentrarse en ese momento, pequeñas campañas como esta son lo de menos de sus problemas.
Ahora mismo, no podía permitirse un conflicto con la familia real. Justo cuando pensaba que había terminado de hacer enemigos, surge algo así de grande.
—¿De qué estás hablando madre? ¿Qué quieres decir con que no tenemos dinero, dónde se fue todo? —preguntó Nari, confundida ella misma. Justo esta mañana, tenían todo el dinero del mundo.
—Tengo otras necesidades apremiantes a las que atender, Nari. Encuentra una manera, haz algo al respecto, ya no eres una niña —dijo Kate a su hija y colgó inmediatamente.
—¡Madre!