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Noah dejó a ambas chicas con furia, caminó por los pasillos silenciosos tomando una ruta diferente lejos de donde pudieran verle. Mientras caminaba, arrojó el gran palo a un lado y se quitó la máscara. Apretó las manos en un puño mientras caminaba.
Noah aún no podía creer lo que su hermana y su amiga habían intentado hacerle hoy. Nunca lo dejaría pasar. Beth había amenazado con hacerle daño a su esposa y, por lo que él sabe de esa tonta hermana suya, siempre cumple sus palabras. Pensar en todo lo que dijo lo hizo enfurecer aún más y apretó los dientes.
El pasillo por el que caminaba estaba oscuro y silencioso, unas criadas pasaron por su lado, todas mirándolo mientras caminaban. No cualquiera caminaba por este pasillo porque conducía a las cámaras del rey. Noah no había informado a nadie, de lo contrario nunca lo habrían dejado pasar. No siempre es fácil ver al rey, pero él conocía bien el lugar, así que sabía cómo evitar a los guardias y llevar a cabo sus asuntos.
