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Todas las chicas fueron llevadas a un gran camerino lleno de estantes de ropa de un extremo a otro. Había más de 50 personas allí, diseñadores de moda y estilistas corriendo de una parte de la habitación a otra.
La habitación era más que enorme para todos. Ser modelo de pasarela era la línea de trabajo de Anna, pero ella no podía recordar la última vez que realmente hizo un desfile. Lo último que recuerda haber hecho es un evento de alfombra roja, que obviamente no es suficiente, y una sesión de fotos.
—Ven, señorita Sui —cinco personas se apresuraron a su lado mientras la guiaban hacia una silla. Comenzaron a soltarle el cabello preparándola para el evento de la pasarela.
—Es tan hermosa, ¿no es así? —el hombre que estaba junto a Anna dijo mientras se acomodaba sus rastas. Era de complexión oscura con una imagen impactante que la hizo mirarlo dos veces. —Tu actuación allá afuera fue espléndida, señorita Sui, pero veamos qué tan buena eres en la pasarela —dijo él.
