—No podemos encontrarlos por ningún lado, señor —los tres guardias que Noah había enviado regresaron hacia ellos. Tanto Noah como Chalamet acababan de salir del festival de arte y tenían varios colores brillantes por todo el cuerpo.
Realmente no tenían idea de cuándo ni cómo habían conseguido el polvo de colores en sus cuerpos. Pero ambos acababan de pasar por la experiencia más hermosa que casi les hizo olvidar la razón por la que estaban aquí en primer lugar.
—¿Dónde no hemos buscado aún? —preguntó Noah mirando a su alrededor. Estaba comenzando a perder la esperanza gradualmente, pero mantuvo la calma. Esa terca esposa suya, cuando la vea, se asegurará de que no le quite los ojos de encima ni por un segundo.
—Creo que en el festival de cine —sin decir otra palabra, Noah comenzó a caminar en esa dirección. Este es el último lugar para revisar, su última esperanza de encontrarla esta noche, solo puede esperar que realmente esté en el edificio.