Nicolai caminó hacia la puerta donde estaba parada Arabella. Cuando el hombre se acercó a ella, la mujer se alejó al ver que Nicolai la miraba con una sonrisa inquietante en su rostro.
—Es genial verte, Arabella —Nicolai saludó a la mujer—. ¿Cómo te encuentras ahora? Las balas ya fueron extraídas de tu cuerpo, ¿verdad?
Arabella tembló mientras lo miraba nerviosamente. Aún estaba descansando en el hospital ya que sus heridas eran recientes y no quería ir a casa porque su esposo insistía en conseguir un divorcio. Él continuaba gritándole, diciéndole que era su culpa que ahora estuviera desempleado y su empresa en bancarrota.
—¿Cómo iba ella a saber que Ariana era la hija perdida hace tiempo de la familia Ashford? Arabella sentía como si alguien estuviera jugando una broma con ella.