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El rostro de Ariana comenzó a palidecer por segundos, ya que le resultaba muy difícil respirar con tanta gente aglomerada a su alrededor.
—¡Sacad a los dos a la calle! Que todos vean a esta pareja adúltera —gritó alguien en la multitud.
—¡Así es! —un hombre extendió la mano para agarrar el cabello de Ari, mientras algunos hombres fueron a tirar de sus brazos y piernas. Hacía tiempo que la observaban. Y ahora que habían conseguido la oportunidad de ponerle las manos encima, ¿cómo iban a dejarlo pasar?
—¡AHHH! —Ari gritó de dolor cuando alguien la jaló del cabello. Podía sentir las manos y los dedos de los hombres tocando sus brazos y sus muslos. Algunos incluso intentaron manosear su pecho y su trasero.
Intentó defenderse de estos hombres, pero alguien levantó la mano y la abofeteó en la mejilla.