````
—Abre más las piernas —gruñó Nicolai mientras le separaba las piernas, y cuando Ari hizo lo que él le pidió, él cubrió su núcleo y presionó la base de su palma contra su clítoris. Comenzó a moler su palma contra él—. Mhmm, tu núcleo está chorreando bien, Pallas. Me encanta lo húmeda que estás para mí. Tan jodidamente preciosa, te ves absolutamente fascinante con mi reflejo en tus ojos.
Ari sintió que su respiración se cortaba al levantar la mirada y encontrarse con sus ojos—. ¿Un poco narcisista, no?
—¿Lo soy? —preguntó él justo cuando introdujo un dedo dentro de ella, y un gemido sin vergüenza escapó de los labios de Ari—. ¡Ah!
Con sus intensos ojos clavados en ella, raspó la punta de su dedo dentro de ella mientras lo empujaba más adentro.
—¡Ah! ¡Nicolai! —Ari gritó, ya fuera de placer o de dolor, cuando él añadió otro dedo. Sus dedos comenzaron a estirarla por dentro mientras los empujaban tan lejos como podía.