—¿Pallas? —Nicolai se giró para mirar por encima de sus hombros y encontró a Ari en el suelo de la sala. —¿Qué estás haciendo? —preguntó mientras se giraba sobre sus pies y caminaba hacia donde Ari ahora se levantaba del suelo.
Nicolai la miró con suspicacia. Extendió los brazos hacia adelante para levantarla, notó el ligero rubor en sus mejillas.
—Aquí, te ayudaré a levantarte del suelo —le dijo, pero Ari agarró su muñeca haciendo que Nicolai pausara sus acciones.
Juro por Dios, que si Ari empezaba otra vez a hablar sobre cómo no era correcto que él la tocara cuando no estaban solos, iba a perder la cabeza.
—¿Por qué te vas? —ella preguntó mientras lentamente levantaba la cabeza y lo miraba a los ojos.
—No me voy —respondió Nicolai con calma—. Solo pensaba llamar a Aiden, necesitas que te revisen, princesa.