—¿Niño? —¿Por qué diablos de repente se imaginó a una niña de cabellos negros y ojos rubí corriendo frente a ella? ¿Y por qué demonios pensó que la chica iba ser tan guapa como Nicolai? ¿Significa esto que ella quería darle un hijo a Nicolai? ¿Incluso le estaba permitido tener un hijo cuando estaba rota de esta manera? ¿Y si los lastimaba? ¿Cómo podía siquiera imaginar una vida normal?
—Eres un mal augurio, Ariana. Nadie te amará. —Un monstruo, eso es lo que eres. ¿Crees que mereces algo bueno? Niños como tú son encerrados en manicomios, Ariana. Te amo por eso te mantengo aquí; deberías agradecerme. —Sé siempre agradecida conmigo, Ari. —Yo soy tu salvador. —Al final, serás abandonada.
—¿Qué? —Ari salió de su aturdimiento, la confusión en sus ojos se despejó y la adrenalina se disipó. Inmediatamente se serenó. Miró a su alrededor en la habitación y su realidad se vino abajo estrepitosamente.