Advertencia: capítulos +18. Por favor, proceda con precaución. Podría hacer que algunos lectores se sientan incómodos.
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Fue la primera vez que Ariana tocaba la longitud de un hombre. Y ella juró a los cielos tan pronto como tocó la longitud de Nicolai.
Porque, ¿qué diablos? ¿Cómo podía ser tan grueso y largo, se suponía que debía ser así? ¿O era este hombre una anomalía?
—Tu mano es tan suave, princesa —gimió él mientras mordisqueaba el lado de su cuello.
Un gemido entrecortado se escapó de los labios de Ariana mientras intentaba recoger su control fragmentado.
Sin embargo, cuanto más intentaba calmarse, más se daba cuenta de que los fragmentos de su control eran como arena desmoronándose y por más que intentara atraparla con sus manos desnudas, se le escurría.
Como una tormenta violenta apoderándose de ella, Nicolai susurró en su oído:
—Apriétame, princesa.