Ariana levantó la cabeza y miró al hombre que le sostenía la mano. Su corazón latió suavemente, mientras desviaba lentamente la mirada de Nicolai, quien no la estaba enfrentando. Pero no hizo ningún movimiento para retirar su mano de la de él.
Porque estaba preocupada de que podría acabar haciendo algo que Ariana sabía que lamentaría.
Dado que no podía hacer nada acerca de Ariel intentando ganarse la simpatía de los demás, Ariana la ignoró.
No pienses en ella.
Deja de escuchar lo que sucedía a su alrededor.
Esto había funcionado todas las veces en el pasado, y funcionó esta vez también, pero en ese momento Ariana, en lugar de enfocarse en la más pequeña mota de polvo, se enfocaba en la cálida mano que cubría la suya.
—Parece que eres rápida para sacar conclusiones, así como lo eres para saltar en brazos de un hombre casado —dijo Nicolai sonriente a Ariel, quien levantó la cabeza y lo miró a través de ojos llorosos.
—Señor de Luca—