—No soy su amante... solo una... solo una amiga —le dijo Ariana a la mujer mientras corregía su noción. No podía llevarse a decirle a Sybil que estaba con Nicolai porque le debía una deuda gigantesca. Y decirle que eran solo conocidos sonaba mal, ya que los conocidos no van de compras juntos para una fiesta. Por eso Ariana se conformó con ser amiga de Nicolai. Lo único ligeramente molesto era el hecho de que se sentía extrañamente aliviada de que Nicolai y Sybil nunca tuvieran algo.
Sybil la miró como si no confiara en sus palabras y se volvió hacia Nicolai antes de preguntar:
—¿De verdad no es tu amiga con derecho?
—Por supuesto que no —Nicolai rodó los ojos antes de responder—. ¿Alguna vez me has visto venir con otra mujer? No compro mierdas para mis amigas con derecho. Empiezan en la cama y terminan en cuanto salen por la puerta.