La sonrisa de Nicolai se transformó en una carcajada cuando terminó de leer el mensaje de Ariana.
—Parece que ha aprendido algunas palabrotas de mí —murmuró para sí mismo. Sus dedos tocaron la pantalla mientras hacía una llamada, pero su pequeña gata salvaje nunca respondió. —Qué insensible.
[Deja de molestarme, Señor De Luca. Tengo una cirugía mañana.]
[Duerme bien, cariño.]
[No soy tu cariño.]
[Todavía no, pero algún día lo serás.]
[Nunca.]
[Nunca digas nunca, Pallas.]
Nicolai salió de la aplicación de mensajes cuando Ariana no le respondió de nuevo. Sin embargo, en lugar de guardar el teléfono, tarareó una melodía alegre antes de pedir un pequeño regalo para su Pallas.
—Operación arrebatar la posición de ese bastardo —Nicolai presionó la opción de pago final antes de murmurar—. Comienza.