—¿Ya terminaste de ducharte? —preguntó Nicolai mientras levantaba la vista de la cesta de alitas que estaba colocando en la mesa.
—Sí —salió Ariana del dormitorio, vestida con una camiseta negra con algunos botones desabrochados, la cual llevaba por dentro de unos ajustados pantalones negros que tenía puestos. Su cabello rosa estaba peinado en ondas, se veía realmente hermosa.
Nicolai observó la apariencia de la mujer frente a él y sonrió. Sus ojos se desviaron hacia su propia ropa y dijo —Entonces ven a comer.
—Gracias —Ariana se sintió un poco incómoda mientras tomaba asiento en la silla junto a la pequeña mesa de comedor. Nunca pensó que la mesa de comedor fuera pequeña pero cuando Nicolai, con su estructura de seis pies, se sentó, todo el espacio parecía demasiado estrecho.