—¿Por qué iba a querer empujarte escaleras abajo? —preguntó Ariana mientras miraba al hombre sin palabras—. ¿Acaso él la tomaba por una asesina en serie en potencia?
Aiden se rió con su tono ofendido y respondió:
— Pensé que podrías estar planeando algo así ya que últimamente te he estado dando mucho trabajo.
—No estoy planeando nada. Solo pensé por un segundo que tal vez por mi culpa terminaste en esta situación —comentó Ari con una mirada oscura en sus ojos—. Un segundo después, sin embargo, levantó la cabeza y le dijo a Aiden:
— Y si quisiera hacerte daño, entonces hubiera hecho algo como poner laxantes en tu café. Ya que realmente te encanta mandarme a la calle cinco veces al día a por tu americano helado.
—Jaja. Sabía que estabas tratando de no perder ese genio tuyo —la cara de Aiden parecía como si tuviera una sonrisa burlona y al mismo tiempo no. Continuó: