—No, he dicho que no —aunque muchos consideraban a Millie como alguien que había perdido completamente la razón, Ariana sabía y comprendía que Millie no estaba loca. Al menos no como todos la percibían, ella sabía lo que estaba bien y mal y sabía cómo expresar sus sentimientos y pensamientos en palabras.
La gente, sin embargo, creía tontamente que Millie no estaba en el estado adecuado para decidir por sí misma.
—La has escuchado —Ariana se volvió para mirar a Daphne cuyo rostro estaba pálido.
—Tienes que estar bromeando, doctora Harlow. Con la condición en la que está, ¿cómo va a entender lo que es bueno para ella? —Daphne replicó de inmediato, estaba a punto de llamar tonta a Ariana por dejar que Millie hiciera lo que quisiera y le gustara.