—Tú... —La señora Nelson estaba más que furiosa al ver que Ariana realmente se negaba a escucharla.
Esto no estaba bien, esto no estaba nada bien.
—Ariana, deja de hacer berrinches y ven conmigo. Ni siquiera quiero empezar a hablar del absurdo sueño irreal en el que vives en este momento. ¿Crees que puedes salvar la vida de alguien? —La señora Nelson se burló. Puso los ojos en blanco y continuó:
— Por favor, no te humilles a ti misma y a la familia Nelson. Regresa antes de que todos descubran el tipo de tonta que eres.
—Ni siquiera pudiste ser una buena esposa. En serio estás tratando de sobrepasar tus límites si piensas que puedes hacerte doctora.
Ariana cerró los dedos con fuerza al oír las palabras de la señora Nelson, sintiendo una ola de enojo sobre ella.