—Me gustaría saber qué está mal conmigo, doctor Stoll —dijo Ariana firmemente.
—No estoy en contra de decirte la verdad. Esta es tu condición, claro que tienes derecho a saber la verdad pero —el doctor Stoll entrelazó sus dedos y colocó los codos de sus brazos sobre la superficie pulida de su mesa—. Tengo una pequeña solicitud.
—¿Solicitud? ¿Qué tipo de solicitud? —preguntó Ariana.
—Tratamiento. A cambio, quiero que continúes con tu tratamiento que es absolutamente necesario —respondió el doctor Stoll—. Sabes cómo la salud mental y los departamentos psicológicos son ignorados por las personas. Mientras sea algo relacionado con la mente de una persona, tratarán de rechazar la realidad a toda costa.
Extendió su mano izquierda hacia el lado y declaró:
—En tales condiciones, suceden dos cosas: uno, el paciente se niega y rechaza tomar tratamiento ya que se niega a admitir que hay algo mal con su mente.
Luego sostuvo la otra mano al lado y continuó: