—Sus expectativas de su familia eran bajas, pero demonios, ¿qué diablos? —Ari miró a su hermana, que parecía estar orgullosa de sus palabras y se quedó sin habla. Presentarle un trabajo era suficiente para que Ariel compensara los millones de proyectos que había ganado.
—¿Era ella idiota? ¿O estaba tratando a Ari de idiota?
—Ariana no sabía, y tampoco quería saberlo. Después de que le arrebataran su arduo trabajo y se lo entregaran a Ariel con todos los beneficios adjuntos, y aun así la trataran como si no mereciera ser tratada como una persona normal, ella apenas mantuvo alguna esperanza hacia su familia.
—Sin embargo, les permitió decidir el curso de su vida porque hubo una vez que tomó una decisión egoísta, y terminó con la pérdida de una vida. Desde entonces, Ariana tenía miedo de tomar decisiones ya que temía hacerle daño a alguien más, lo que le dio a su madre y a Ariel suficiente libertad para tomar decisiones por ella.
—Pero ahora...