Punto de vista de Selene
Cuando finalmente nos separamos, sin aliento y temblorosos, nos quedamos allí, frente con frente, demasiado abrumados para hablar.
—¿Estás bien? —preguntó rompiendo el silencio. Su voz aún era gruesa y gutural debido a su excitación.
Esperé sentir culpa pero nada. Ni siquiera me sentía arrepentida. Más que nada, lo disfruté y deseé que no tuviera que terminar con solo un beso.
—Estoy bien —asentí—. ¿Y tú? —pregunté.
—Me siento... —suspiró— me siento un poco culpable pero no lo lamento. Me alegra haber podido sacar eso de mi pecho y enfrentar mis emociones. No sé cómo ni cuándo ocurrió, Selene pero te amo, más que tu compañero y todos tus otros conquistas juntos. ¿Suena extraño?
Negué con la cabeza, ofreciéndole una sonrisa mientras bajaba mi cuerpo hasta el tocón del árbol. —No suena extraño, Kragen y siempre supe que me querías. No sabes exactamente cómo ocultar tus sentimientos.