—Escúchame, Selene —suspiró agachándose frente a mí—. Ahora no puedes salir corriendo de mí... aquel día te di la opción de elegir y créeme si hubieras elegido dejar ir a tus bebés que apenas se habían formado como cachorros, no estaríamos aquí teniendo esta conversación. Encontrarías a un hombre perfecto, tendrías montones de bebés con él y todo estaría bien. Elegiste este camino, Selene, y eso es por ese instinto maternal de proteger a tu cachorro.
—No me culpes por tus deficiencias, Kragen —le siseé—. Me vendiste esta idea y jodidamente no me dijiste lo difícil que iba a ser. Esto... desde que te conocí nunca he tenido un día de descanso. Todo está trabajando en mi contra... tú... el tiempo... cada jodida cosa. Ahora, estoy cansada y lo siento, fracasé y no pude mantener mi parte del trato. Solo mátame y deja que el pacto se resuelva.