El desayuno esa mañana estaba siendo silencioso, nadie hablaba, ni siquiera hacían sonar sus cucharas contra el plato. Todo era silencio excepto por los balbuceos de Doris, quien estaba disfrutando hasta por los ojos su puré de papa.
— Vayan a lavarse los dientes, Dyanne no los llevará hoy, Brandon se encargará de llevarlos, le indiqué donde estaba la primaria de los gemelos y también la ubicación de la secundaria. — Diego rompió aquel sepulvlar silencio. — Anoche hablé con Marco, la mejor amiga de su hija estaba buscando trabajo para seguir pagando sus estudios, hoy vendrá para que Diana y yo hablemos con ella, puede que sea su nueva niñera.
— Es una vieja? — preguntó Alex mirando a su madre.
— No, bebé, no es una vieja, la conocerán hoy. — Diana limpiaba el rostro y las manos de Doris. — Ya vámonos, amor, tenemos que dejar a Doris con tu madre.
— Deberíamos buscarle una guardería?.
— No creo que sea necesario ya. — dijo mirando como sus hijos tomaban sus cosas para ir a estudiar.
— Hey, hey, hey, quietos ahí. — Diego los detuvo cuando estos estaban dirigiéndose a la salida. — Despidanse.
En orden, cada uno fue despidiéndose de sus padres y de su hermana quien solo reía en brazos de su madre.
— Llevas tu inhalador cariño?. — Diana le preguntó a Dyanne cuando fue su torno de despedirse.
— Si, mamá, Diangela también lleva uno por su lo pierdo. — dijo sonriendo.
— Perfecto. Cuando salga del trabajo yo misma iré a comprar tus pastillas.
— Está bien, ya nos vamos, llegaremos tarde. — se despidió de Diego y salieron de casa.
— Vámonos ya, debemos hacer una parada y luego regresar para ir a la empresa. — Digo tomaba las cosas de Doris.
— Que agotador.
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— Muchas gracias, señor Marco. — Andrea agradecía al padre de su amiga por haberle buscado un trabajo como niñera, le encantan los niños.
— No hay de que, recuerda, debes ir a las 6 de la tarde, saldrán temprano de trabajar solo para hablar contigo.
— Si, si, si, Muchas gracias. — Andrea salió de la oficina del señor para luego dirigirse a la cocina, donde estaba su amiga. — Vic.
— Y? Que pasó?.
— Tengo trabajo! — Victoria celebró con ella al ver que su amiga había conseguido el empleo. — Bueno, aunque técnicamente solo iré a la entrevista. Pero tú padre dijo que ellos son unas increíbles personas y hay mucha probabilidad de que me contraten, de verdad necesitan una niñera.
— Claro que tienes el trabajo, los señores Villarreal son un sol, y tienen una bebé de tan solo un año que es la cosa más hermosa que he visto en mi vida. — dijo Victoria sonriendo y Andrea se emocionó más. — Aunque hay unos gemelos que para que te digo, no se les escapa nadie de sus bromas.
— Ahora que lo pienso, no sé cuántos hijos tienen. — Andrea se puso nerviosa ante eso
— Bueno, está la bebé, los dos gemelos que valen por cinco, la que le sigue a los gemelos que es un poco delicada, y tenemos a la mayor, es un poco despreocupada.
— Entonces son cinco? Wow.
— Tranquila, te amaran. — Solo que a Victoria se le pasó mencionar lo que esos chicos le hacían a sus niñeras.
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Cinco de la tarde, los menores Villarreal estaban reunidos en la habitación de Dyanne, hablaban sobre la venida de la nueva niñera.
— No creo que debamos hacer nada, papá fue muy claro. — Hablaba Axel mirando a sus hermanos.
— Tienes miedo?. — Preguntó Dyanne con gracia.
— A papá si, la última vez que nos castigó duramos dos meses sin tocar un videojuego o algo comparado. No quiero volver a pasar por eso.
— Es verdad, me quitó mis tarjetas por un largo también también. Tampoco quiero volver experimentar eso. — Diangela se negaba a repetir la historia.
— Bien, entonces haremos una Broma Camuflada. — Dyanne sonrió. — Haremos que parezco un accidente. Un descuido de la niñera. — dijo mirando una foto que tenía de Doris en su mesa de noche. — Será la primera broma en la que Doris participará.