— Tranquila, Andi, no le hagas caso, Dy es una grosera. — Los gemelos estaban acompañando a Andrea en la cocina mientras le preparaba un puré a Doris quien estaba en brazos de Axel.
— Alex tiene razón, luego se le pasará. — El pequeño trataba de que su hermanita no siguiera mordiendo su mejilla. — Doris, no hagas eso! — La bebé solo reía al escuchar las quejas de su hermano.
Diana y Diego fueron hace media hora a hablar con Dyanne, Diangela les contó todo lo que pasó hoy en el colegio, al parecer los compañeros de Dyanne eran unos idiotas y Se creían muy maduros.
Andrea se sintió mal al ser la culpable de que la adolescente haya pasado por burlas. Lo menos que quería era arruinar lo poco que había logrado con Dyanne.
— Pensé que ya me estaba llevando Bien con ella. — Andrea hizo una mueca. — Espero que en verdad se le pase pronto, le hice galletas.
Los gemelos se miraron y se sintieron mal por Andrea, la chica de verdad estaba haciendo lo posible por ganarse el corazón de todos.
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— Ella no tiene la culpa de lo que pasó, Dyanne, estuvo muy mal que la trataras de esa manera. — Diana regañaba a su hija quien se negaba a darles la cara, estaba acostada con su rostro entre las almohadas.
— Si fue su culpa.
— No lo fue, ella se ha portado muy bien, Dy, Doris y los gemelos la adoran, Diangela también la trata bien, no es correcto que la trates mal cuando ella hace lo posible por ser aceptada. — Diego era consiente de que su hija no era muy afectiva y menos con los empleados, Pero le gustaría que hiciera una excepción con la joven ya que ha Sido la niñera que sus hijos más han aceptado.
— Bebé. — Diana se sentó a su lado en la cama y acarició su cabello. — Vamos, ve a pedirle disculpas, ella hizo tus galletas favoritas.
— No quiero, me da pena. — Aceptó su error. Reconoció que se dejó llevar por su enojo. — Le tiré las galletas.
— Tranquila, estoy segura de que ella aceptará tus disculpas, vamos.
Dyanne se levantó y soltó un suspiro poniéndose de pie, los tres salieron de la habitación para bajar a la cocina. Cuando entraron se encontraron a Andrea dándole de comer a Doris mientras los gemelos también comían más de las galletas. Los mayores se quedaron en la puerta mientras Dyanne se acercaba a Andrea.
— Andrea. — La mencionada puso su vista en Dyanne al haber sido llamada por ella. — Yo... quería pedirte disculpas por lo de hace rato, estaba enojada por lo que pasó en el colegio, se que no tienes la culpa, lo siento.
— Oye. — Andrea sonrió. — No pasa nada, está bien, te entiendo perfectamente, los adolescentes pueden ser muy inmaduros. — Andrea se giró para tomar un plato de galletas y entregárselo a Dyanne. — Espero que no lo tires está vez eh. — dijo bromeando.
— Bueno, Gracias.
Diana y Diego se acercaron al ver que ya todo estaba bien.
— Oigan ustedes. — Diego llamó a los gemelos. — Vayan a recoger el reguero que dejaron en nuestra habitación, tienen la suya, ¿Por qué no juegan allí?.
— No podemos desordenar nuestra habitación, Andi se enoja. — Explicó Axel.
— Ah y nuestra si la pueden arruinar. — Diena se cruzó de brazos.
— Mami...— Alex puso carita tierna y su madre soltó una risita al ver sus intenciones. — Eres muy bonita.
— Tu también, amor.
— Eres la mejor del mundo entero. — Se sumó Axel a la manipulación.
— No puedo con ellos. — Diana miró a su esposo. — Le diré a Amanda que arregle la habitación.
— Cariño! No los apoyes, deberían arreglar todo ellos mismos.
Los gemelos se burlaron de su padre y se abrazaron a su madre quien solo reía al ver la cara de Diego.