River
La entrega de premios tras el torneo era la menor de las preocupaciones de River. Tuvo unos minutos para ir al baño y echarse un poco de agua en la cara y lavarse la sangre de la herida del cuello. La curandera lo había vendado bastante bien y ya no le dolía, gracias a la súper capacidad de curación de sus genes de lobo. Así que al menos no tenía que preocuparse por eso. Pero mientras estaba en el baño, mirándose en el espejo, tuvo que hacerse una pregunta.
¿Era esto lo que ambos querían?
Fuera del baño, su madre le estaba esperando. Lo rodeó con sus brazos y le besó la mejilla.
—Estoy muy orgullosa de ti, cariño.
—Gracias, mamá —dijo él, pero en cuanto ella se apartó y él vio la mirada de ella, supo que había oído la falta de confianza en su voz.
—¿Qué pasa? —preguntó Patricia—. Has ganado. Te vas a casar con Ellie. La quieres, ¿verdad? Creo que los dos son la pareja perfecta. Ella es tu pareja predestinada. Lo sé.