Su corazón comenzó a latir rápidamente de nuevo, haciendo que Violeta quisiera vomitar. Todavía no estaba preparada para enfrentarse a él.
Escucharlo decir cosas horribles en su cara no era algo para lo que estuviera preparada.
Preferiría que la matara en vez de eso.
Violeta abrió la puerta con sus manos temblorosas y Jack entró furioso.
Tras cerrarla, se giró para mirarlo, pero no pudo levantar la vista. No podía mirarlo a los ojos.
—No sé ni por dónde empezar —declaró. Su voz sonaba enojada, pero al mismo tiempo triste. Violeta no podía entender por qué.
Tal vez estaba molesto por haber herido a alguien que le importaba.
¿No había dicho Kate algo sobre que él era suyo?
Eso también era parte de la razón por la que Violeta tenía tantas ganas de golpearla.
—¡Violeta, mírame! —gritó, asustando a Violeta.
Ella levantó la cabeza, preparándose para la forma en que él iba a mirarla. No podía soportar que esos hermosos ojos la miraran con desprecio.