Parte 1:
Frío. Frío. Eso es lo que podía sentir en mi piel.
Recuerdo despertar rodeado de copos blancos y puros de nieve. Abrazaban mi cuerpo, sentía que el frío consumía mi carne y huesos.
Con esfuerzo me levanté y arrastré mis débiles piernas por ese paraje helado.
Luego de un rato, caí de nuevo en la nieve. Solo podía toser, mientras el helado viento cortaba mi piel con cada ráfaga, me desmaye.
Después de un rato y con dolor sobre mi cuerpo, abrí mis ojos, ví un techo de madera, era completamente hecho de mármol.
Sentía un calor agradable recorriendo mi cuerpo. Estaba sobre una cama, era simple y en un momento dado hasta la podrías llamar incómoda.
Pero en mi situación era como una gran almohada.
Girando mi vista vi el lugar, era un cuarto pequeño, con suerte entraban un librero pequeño, un ropero, una mesa de luz a mi costado y la cama.
Intenté levantarme, pero un insoportable dolor invadió todo mi cuerpo. Desde mi piernas y pecho, hasta mis costados y cabeza.
Como pude levanté mis manos, observando las venas que cubrían mis brazos, manos y dedos.
Solo pude suspirar, tenía miedo de ver el resto de mi estado, suficiente esfuerzo hacia al respirar. Revise cada parte del cuarto con mi visión.
Luego de un rato, voltee el cuello, viendo en la mesita de luz un vaso con agua y una pastilla al lado.
No estaba seguro del: "¿Quién?" o el "¿Por qué?". Pero no desaprovecharía la bondad.
Aun cuando la posibilidad de que fuera veneno o alguien que quiera robarme los órganos. Supuse que sino aprovecharon para hacerlo cuando estaba desmayado, no serviría de mucho preocuparme por si bebo esto.
Con esfuerzo puse la pastilla en mi boca y la tragué con un gran trago de agua. Luego de beberlo todo, dejé el vaso en la mesita, me recosté y hice lo más sensato, dormir y esperar a recuperarme.
Cerré pesadamente mis ojos, mientras me recostaba sobre mi espalda, dejando que Morfeo me lleve a su Reino.
Mientras dormía recuerdo estar en una ciudad.
Está se veía destruida y en llamas, partículas de fuego y cenizas, flotaban por el aire. Esto me desconcertó, mientras observaba perplejo tal espectáculo.
Entre el humo y el fuego, un ser inmenso de más de 20 o 30 metros, su cuerpo era cubierto por un manto de oscuridad.
Solo viendo sus ojos, que brillaban con un color rojo carmesí. El ser hablo, un lenguaje incomprensible y que, en definitiva, no era humano.
Cuando el ser se volteó hacia mí, el espacio alrededor mío parecía girar y mezclar.
Antes de poder decir o hacer algo, desperté, viéndome en la cama de antes. Lo único raro es el sudor frío que baña gran parte de mi cuerpo, dándome una sensación curiosa y algo incomoda.
Con calma recuesto mi cabeza, observando el techo, mis pensamientos eran algo confusos, no estaba seguro de si era por el sueño o las heridas.
–Eres de los que sufren pesadillas. ¿No es así pequeño? –una voz con calma hablo, poniéndome en alerta, mientras oía su voz gruesa y algo ronca.
Pude ver en la oscuridad a una silueta. Era alta, no se podía distinguir mucho, solo que era robusta. La voz era de un anciano, gruesa y ronca, pero contenía un aire de amabilidad y algo de burla. Pero no la sentí agresiva, fue una extraña combinación.
–Debo dar miedo a oscuras, ¿No? Bien, en ese caso –Oí el rechinar de una silla de madera seguido por pasos.
La luz se encendió cegándome por unos segundos, hasta que me acostumbré. Viendo a mis alrededores con claridad.
–Eso debería servir. Mucho gustó. –me dijo el hombre en tono amable y con una sonrisa.
Era un señor anciano, debería tener unos 50 a 60 años fácilmente. Pero estaba bastante bien conservado, aunque se notaba que tenía un poco de arrugas y su estómago, aunque grande, se notaba entrenado, sus brazos eran como robles. Su rostro era tosco y poseía una gran barba, me recordaba a los Vikingos. Sus ojos eran de un profundo azul y su piel estaba ligeramente bronceada.
–Lo lamento, no me presente. Soy Wilson, Wilson Larsen, un placer jovencito.
Vi como su rostro se suavizaba y se volvía más alegre, a la vez que me extendía su gran mano. Gustosamente la estreché.
–Un placer, soy Frederick Meyer. ¿Me diría dónde estoy?
–Mientras le estrechaba la mano, observé mejor el cuarto.
Como pensaba, era de madera, se veía bastante bien cuidado, la madera se veía bastante resistente y duradera, no soy muy conocedor, pero diría que es de roble. Pero cabe resaltar que las paredes eran de acero, se veían resistentes.
Parece que Wilson noto mi curiosidad.
–Un placer Frederick. ¿Te gusta la Arquitectura? –mostro una sonrisa amable.
–¿Eh? No, no. Es solo que me distraje, soy alguien curioso y pues bueno, me fascinó la construcción del sitio. –aunque era amable mi voz me salió nerviosa, no podía evitar sentirme intimidado por él.
El soltó unas carcajadas, su risa era bastante infantil. De hecho, no encajaría con un hombre de su apariencia.
–Jejeje, no tienes que explicarte, lo entiendo. Una persona no necesita saber de arte o arquitectura para admirar un trabajo bien hecho –Wilson se movió por el cuarto, agarrando un abrigo de la silla.
–Bueno, Frederick, debo irme. ¿Alguna pregunta? –mientras hablo se ponía el abrigó.
–S-Si, ¿Sabes en dónde estamos? O ¿Qué lugar es este?
–Bueno, está es una Base Militar.
–¿...Base...Militar...?
No podía decir el que, pero desde que me desperté, incluso ahora, tenía una extraña sensación de que algo anda mal.
–Somos varios.
Saliendo de mis pensamientos observé a Wilson.
–Aunque yo ahora deba irme, hay más gente aquí, de todas las edades, así que no te debes preocupar. Toma –Wilson saca de su abrigo una radio y la tira en la cama.
Viéndola más de cerca, es como de esas radios militares, lo que confirma o me da pruebas de lo que puede decir es verdad.
No quiero sospechar de él, alguien quien me trató tan bien. Pero dada la situación es necesario no confiar en nadie tan a la ligera.
–Sí, necesitas a alguien habla por la radio. Nos vemos y no te sobre esfuerces.
Después de eso Wilson salió del cuarto. Escuché sus pesados pasos caminando y alejándose.
Me quedé pensando toda la información dada. Era poca, básicamente una base militar en medio de la nada, por sorprendente que sea, no recuerdo cómo llegué hasta aquí, solo despertarme en medio de un páramo de nieve y luego quedar herido. Mentira si dijera que no me preocupa.
Solo pude suspirar, todo se sentía tan surreal. ¿Esta es la realidad? O ¿Solo es un sueño?, Un tirón en mi hombro me sacó de mis delirios. Era debido a uno del cortés, eso me confirma dos cosas.
1. Estoy vivo, para bien y para mal.
2.No es un sueño.
Me siento algo mareado, es como si intentar recordar fue complicado. ¿Es por los medicamentos? O ¿La pérdida de sangre?
No sabría decirlo, pero no deseaba dormir más.
Con esfuerzo me intenté concentrar, aparté la sensación de mareo y el dolor, intentando aclarar mi mente. Recordar que fue lo último que vi.
Pequeñas imágenes vienen a mí. Recuerdo estar escribiendo en mi diario, ir a la biblioteca y....una extraña estatua o ídolo. Desde esa parte las imágenes se vuelven difusas y de poca claridad.
Me rindo, no es un buen momento para intentar recordar, con suerte y logro concentrarme. Mejor es esperar a estar recuperado.
Rindiéndome ante los hechos, me esfuerzo para reunir el cansancio, cierro los ojos.
Cuando caía en el sueño pude escuchar unos ruidos, como chillidos de rata. Era ligeros y bajos, creía que eran una ilusión por el cansancio o por estar al borde del sueño, no escuché demasiado de ellos ya que eran muy ruidosos y chillones.
Decían cosas como:
"El Gran señor que duerme en las profundidades", "Despertar, despertar, cuando suceda todo acabará", "En los bordes más oscuros, en más zonas más retorcidas del universo. El habita ahí", "Él está desde antes de la realidad y de sus conceptos", "El es el todo en uno y uno en todo", "El Gran Progenitor de la Maldad".
Entre otros, pero me parecen frases muy raras, quizás solo sea frases sin sentido o con sentido extraño, como algo salido de un sueño.
Simplemente ignoro esto y vuelvo a dormir.
Parte 2:
A pasado algún tiempo, conocí a varios miembros de este lugar al que ahora llamo mi hogar temporal. Logre ambientarme a la organización y a los extraños residentes de aquí.
Empezare por el principio, somos un total de seis personas, contándome a mí.
El primero lógicamente es "Wilson", un hombre de 78 años que aunque es mayor conserva una contextura muscular y cuerpo fornido, lo llamo "El Oso de Mar" debido a que estuvo en los marines de su país y tiene una actitud que me recuerda a un pirata de alguna especie de libro de fantasía o filme, como he dicho lleva una frondosa barba cana, ojos azules tormentosos sus facciones son toscas y bastante intimidantes aunque es más amable de lo que parece, suele vestir con un suéter negro de cuello alto, pantalones formarles blancos y zapatos de vestir negros con suela marrón.
Algo que puedo decir es que le encanta fumar puros, siendo común verle con uno en sus tiempos libres fumándolos mientras ve o lee algo me ha ofrecido probar uno, lo hice y me sorprendió la variedad que hay detrás de uno solo de ellos, si me lo preguntan siempre los consideré como cosas más simples, pero el me cerro la boca. Si algo que contar de él es su curiosa actitud para alguien que estuvo en los marines es muy amigable y demasiado permisivo, cosa rara, aunque nunca trate con muchas personas con cargos navales, "muchas" por decir nulas. Supongo que solo me baso en mis ideas que pueden distar de la realidad.
El segundo se llamaba "Ion Gheorghe" por lo que se viene de Rumania lo que explica su acento, es algo apartado...bastante, no suele hablar mucho quizá sea introvertido o desconfiado, no lo sé, para ser sincero no me importa. Como sea su apariencia es bastante común, cabello negro, ojos negros, una cara alargada con facciones finas, nariz pequeña y lleva el cabello tirado para atrás mostrando su pequeña frente.
Va vestido bastante casual, cosa en la que nos parecemos. Usa una chaqueta simple de color blanco, camisa amarilla y pantalones igualmente blancos, sus zapatos son simples de color café. No estoy seguro de sus gustos o disgustos, tampoco se mucho de si en verdad es tan frio como parece así que solo diré que me gusta como pinta. Según vi es muy habilidoso en eso, fácilmente te lo puedes encontrar pintando por las mañanas a eso de las 6 o a la noche por la medianoche, cuando todo esta en silencio. Sus pinturas son increíblemente detalladas hasta incluso parecen fotos reales tiene una increíble memoria me recuerda a la llamada "memoria fotográfica" ya que con solo ver un momento algo ya sea un cuchillo o manzana lo replica perfectamente, también posee una gran imaginación pudiendo crear obras de diferentes tonos y tipos.
En especial paisajes de fantasías, parece que le encantan. Pasemos al siguiente.
El siguiente es un tipo algo raro…más que nada excéntrico. Es llamado "Levi Anderson".
Lo conocí después de recuperarme un poco, durante ese momento el iba vestido con un excéntrico y vistoso traje de payaso, no más bien, Arlequín. Con el traje llevaba una máscara típica del teatro siendo blanco puro con sus ojos y bocas hechos de un negro profundo, la máscara era bastante simple pero esa mueca curva que simulaba una sonrisa me inquieta, más aún con los colores carmesí y blanco del traje, el sombrero era del mismo color solo que con cascabeles dorados en las protuberancias del sombrero.
Aunque usualmente no viste así, según me dijo fue para divertirme, pero no calculo que me asustaría; luego de eso no paro de reírse por unos largos segundos.
Parece tratar ser el amigo de todos aquí, cosa que no está mal, pero puede ser molesta bueno en general es el típico bromista de la sala, te cae bien hasta que se vuelve insoportable.
Es de tez blanca, cabello hasta los hombros de un color rubio y ojos de color miel, es de metro-ochenta y la verdad tiene una complexión bien formada, parece un jugador profesional de basquetbol o de fútbol.
El es un buen sujeto, si pudiera llamar a alguien un "amigo" seria a él, de algún modo su presencia se siente familiar, la persona que hace a uno sentir amigos de toda la vida. Un estúpido e incoherente sentimiento.
Lo vi muchas veces leer libros sobre mecánica y motos, incluso suele usar una chaqueta de cuero negra con franjas blancas en brazos, hombros y costados. Acompañado por debajo con una camisa de color gris claro, usa pantalones vaqueros azules con unas botas para motos negras, su atuendo me hace pensar que es algún tipo de pandillero o acróbata.
Pocas veces lo vi preocupado es el tipo de persona relajada que antes de tener sus ojos en la tierra los tiene en las nubes, a veces hasta es alguien de pensamientos ligeros.
La siguiente es la menor de todos nosotros, la pequeña "Jane Masterson".
Es una niña de solo 8 años, bastante alegre e inocente se podría decir que le da color a este frío y metálico lugar. Es bastante activa y cariñosa es la hermana pequeña, hija y sobrina de todos aquí la mayoría de aquí le tiene mucho cariño, hasta incluso los más fríos y estoicos de nosotros.
Le encanta estar metida en todo lo que hacemos ya sea escribir, leer, pintar o cocinar. Hasta incluso una vez quiso probar los puros de Wilson, fue bastante gracioso la reacción del viejo sus ojos por poco se salen de sus cuencas al ver a una niña de ocho años querer fumar, fue gracioso hasta que nos obligó a mí y a Levi a limpiar toda la base con solo cepillos de dientes.
Él se burló de nosotros bajo la frase "De ese modo generaran disciplina y responsabilidad". Esas fueron unas horas muy cansadas.
En fin…pasando a la descripción de Jane, ella es como dije una niña de ocho años por lo que su altura no es tan alta con suerte y me llega al muslo, midiendo poco más de 1'37 centímetros. Suele ir vestida con vestidos más que nada por las bajas temperaturas de la zona, son similares a los vestidos ingleses para las damas pareciendo una muñeca de porcelana soliendo ser de colores desde verdes a rosados, estos suelen tener volantes en las muñecas y en la parte inferior, usa unos pequeños zapatitos negros con medias altas de color blanco de vez en cuando usa un pequeño sombrero de tela negro.
Su cabello es ondulado y sedoso llegándole hasta la espalda teniendo un color dorado como el oro, sus ojos son de un profundo color azul pareciendo grises son bastante brillantes casi reflejando su inocencia, su piel es clara como la porcelana y muy suave. Algo que note es que tiene una extraña marca de media luna en su mano izquierda.
Para finalizar el ultimó integrante de esta pequeña agrupación de fenómenos.
Su nombre es "Stephen Armstrong" es un señor de unos 67 años suele ser algo misterioso con sus intenciones o sus deseos soliendo tener una expresión analítica acompañado de una característica sonrisa gentil, aunque más parecería una mueca que una sonrisa. Lo único que puedo definir de el es que su aura o su presencia es bastante perturbadora y siniestra en cierto modo como si siempre tramara algo, esa sonrisilla suya puede sacarte de quicio con solo verla dándote ganas de quitársela o por lo menos gritarle para que la quite, pero de solo verla te hela la sangre y hace que un frio suba por tu columna.
Su apariencia es similar a un noble o alguien de respeto muy pulcra y organizada, su cabello tan blanco que es de un color platino reluciente como el metal esta peinado hacia el lado dividiéndolo en dos secciones, lleva un traje formal de color gris oscuro con una corbata plateada y unos zapatos negros. Sus ojos son de un profundo negro emanando un aura asfixiante y sobrecogedora lleva puestas unas lentes de medio marco que brillan con la luz.
Nuestra primera interacción fue cuanto menos extraña.
Recuerdo caminar de vuelta a mi cuarto luego de ayudar a Wilson con algunas tareas nada complicadas, pero aún me recuperaba de mi casi muerte en la nieve, por el pasillo vi a un hombre misterioso salir de mi cuarto el pasillo se sentía más frio de lo usual sus movimientos era gráciles y se veía raros...como si se deslizara por el espacio. El tipo miro directamente a mis ojos como si viese mi alma eso me congeló en el lugar pero vio como una ligera sonrisa se forma en sus labios.
Con pasos lentos y tranquilos se acercó a mí. Escuche su voz era algo reverberante y aireada, como si suspirara cada vez que hablaba o susurra.
–Vaya parece que te has recuperado bien, jovencito.
–… ¿Q-Quien es usted? –me costaba hablar o formular palabras.
–Ohhh, ¿En dónde están mis modales? un gusto me llamo Stephen Armstrong y soy el doctor del lugar.
–¿Doctor?
–Si espero que no pienses que considerando el lugar y la situación no habría un doctor, ¿No es así? –sentí un toque sarcástico en su voz.
–Si tiene razón...
–Bueno como sea, joven acabo de dejar más pastillas para el dolor y vendas, eres mayor para saber qué hacer y seguir instrucciones, ¿No? –carcajeo un poco al final.
–Sí, no se preocupe.
–Bien, pero te deje las instrucciones de cuando tomarlas y cambiarte las vendas. Adiós "Sangre Joven".
Después de esa frase se fue caminando a no sé dónde.
Fue lo más raro que me ocurrió hasta ahora. Sigo preguntándome hasta qué punto es confiable, la verdad que de todos aquí él es el más bizarro.
Algunas veces me siento como Alicia y que por medio de un agujero de Conejo llegué a un País extraño...o quizás simplemente me volví loco.
Parte 3:
Otro nuevo día en esta fosa helada y metálica, me cuesta despertar porque no siento el cambio de las horas, todos los días se sienten eternos como si el tiempo aquí se detuviera o simplemente nunca avanzara, lo que es más notable cuando ves un reloj...ellos no son útiles o bueno ya no más. Cuando vi un antiguo reloj las manecillas estaban girando de manera errática por un momento pensé que era solo lo antiguo que era, pero Wilson saco un reloj de oro que llevaba consigo y le pasaba lo mismo él me dijo que era debido a las fuerzas magnéticas del área que eran muy fuertes y que eso generaba que los relojes funcionaran mal.
Y esto solo es una de las cosas extrañas de este sitio, siempre nieva y lo únicos cambios que hay son en temperatura, pero siempre, siempre, descendiendo. Pregunte del porqué de esto pero siempre evitan mis preguntas.....no entiendo por qué lo ocultan o la razón de que sea un secreto, pero....la zona no el lugar entero este paramo de frio y nieve solo estamos nosotros, solo nosotros, no comprendo la razón pero cuando nos toca cazar el espacio mismo se extiende casi al infinito podemos recorrer horas enteras que solo encontraremos animales ni siquiera un humano o rastro de ellos, aunque pregunto sobre esto me dan diferentes respuestas: "Estamos en una zona muy alejada", "El lugar es una montaña helada casi del tamaño del Everest", etc.
Cosa que es aún más bizarra y confuso porque de ser verdad ya deberíamos estar muertos de hecho yo recuerdo estar al borde de morir cuando aparecí aquí no recuerdo mucho solo que caminaba mientras el frio y la nieve profundizaban mis heridas, lo que me lleva a pensar o creer que hay algo más, nunca fui un supersticioso no creo en cosas como la magia o las hadas, pero hasta yo puedo sentir cuando algo raro ocurre y cuando algo se aleja del sentido común.
El paso del tiempo tan raro, cuando salgo a fuera parece que el tiempo no pasara, al mirar al cielo, siempre esta cubierto por nubes que impiden ver algo, no hay tarde o noche, solo luz del sol, uno cubierto por las nubles, igual puede que el tiempo aquí no exist…o que mi cuerpo y mente ya no lo perciben al menos no como el tiempo normal, los aparatos tecnológicos pierden su señal o se rompen de la nada, el frío y nieve caen sin límites, por las noches oigo de manera débil susurros y extrañ