Por primera vez en años, Mia está incondicionalmente feliz. Sabrina no solo se ha quitado de encima por completo, sino que todo con Elon ha ido muy bien.
Él dedica tiempo a ella todos los días, aunque hacen que sea un juego adivinar si Mia puede adivinar en qué oficina pasa su tiempo ese día. Nueve de cada diez veces acierta en el primer intento, y Elon siempre se sorprende.
Vuelven a retomar su club de lectura y hacen intercambios después de cada libro. A Mia le encantan todos los libros que trae Elon, y Elon hace un gran espectáculo al despreciar cada libro que Mia elige. Sin embargo, él siempre los lee de principio a fin y aporta comentarios que la dejan desconcertada.
El sexo es…indescriptible. Mia nunca antes había estado con alguien con quien fuera tan compatible, se siente casi demasiado bueno para creerlo.