*Punto de vista de Beth*
Finalmente me detuve y golpeé una roca gigante. Gemí de dolor. Me di cuenta de que mis heridas eran extensas. Me dolía muchísimo el brazo, además del dolor de espalda. ¿Estaba roto?
Escuché nuevamente el sonido de la armónica. ¿Quién tocaba ese hermoso instrumento? Deben tener mucho talento. La melodía me distrajo de mis heridas y de la amenaza de muerte. Bajo la luz de la luna, vi un hermoso rostro que venía hacia mí. ¿Fue un ángel? ¿Estaba muerto?
Estudié los rasgos del hombre a medida que se acercaban. Su cabello rubio y sus hermosos rasgos lo hacían parecer un príncipe elfo. ¡Oh Dios mío! Era Rylan. ¡Había venido a salvarme! No llegó demasiado tarde. ¿Estaban Daniel y Zed justo detrás de él?
“¡Rylan! ¡Por favor, ayúdame! ¡Estoy herido y un vampiro me persigue! ¡Quiere matarme! Le supliqué. “¡Y cinco pandilleros me habían secuestrado! ¡Uno de ellos era el vampiro! ¡Pusieron minas en las montañas!