*Punto de vista de Beth*
Es curioso que pensé que mi día no podía empeorar mientras las mujeres policía se burlaban de mí y veía el café derramarse en el suelo. Pero no. Deseaba que esas cosas me estuvieran sucediendo a mí ahora y no en la situación actual en la que me encontraba.
Me encadenaron a la pared en una posición de pie incómoda. ¡Ni siquiera era justo que Zed me hubiera dejado aquí! No había hecho nada para merecer este castigo. Memoricé todo el código del asistente y no había roto ninguna regla.
Zed debió haber prohibido la entrada a cualquiera porque yo estaba sola y solo tenía mis pensamientos como compañía. Mi estómago rugió y mis labios estaban agrietados y secos. El té que accidentalmente se derramó sobre la mujer pelirroja fue la única bebida que tomé hoy.
Me imaginé el tipo de comida y refrigerios en el refrigerador de la sala de descanso, soñando despierto con comer todo lo que esa sala ofrecía. Se me hizo la boca agua. La injusticia de la situación me enojó.
