*Punto de vista de Lila*
La siempre esquiva Zara Bolstrode, la mujer de la que sólo había oído hablar de boca en boca, estaba parada frente a mí. La diferencia de poder era asombrosa, no sólo porque estaba atado a una silla, sino porque ella se quedó parada como si yo no fuera nada para ella, algo intrascendente.
Ella era la que tenía todas las cartas, todo el poder, y lo sabía. Sería arrogancia si no fuera dolorosamente cierto.
En este momento, la situación era mala. Pero no tan malo como podría ser. Todavía no estaba muerta... lo cual era preocupante ya que eso significaba que Zara tenía planes para mí.
Por otro lado, como no estaba muerto, todavía podía hacer algo.
Necesitaba descubrir qué estaba planeando, dónde estaba Leo y encontrar una salida a esta situación.
"¿Quieres hablar conmigo?" No pude evitar preguntar.