*Amaya*
¿Este imbécil acaba de ordenarme salir de su estudio como si fuera su perro? ¿Que demonios fue eso? ¡Y luego! ¡Y luego se atrevió a casi besarme!
No, eso no fue lo que había sucedido.
¡Bueno! Y asi fue. Casi me besó. Pero eso no fue nada. No tenía por qué ser nada. Simplemente quedamos atrapados en el momento. Era tenso, ambos estábamos dejando que nuestras emociones se apoderaran de nosotros.
Me sentí sonrojado. Sentí esta energía insaciable burbujeando profundamente dentro de mí que rogaba ser liberada. Nunca antes había sentido algo así. Tenía hambre pero no de comida. Necesitaba moverme, hacer algo.
Me detuve en seco y me apoyé contra una pared en un pequeño pasillo oscuro. Envolví mi brazo derecho alrededor de mi estómago y llevé mi mano izquierda a unos centímetros de mis labios. Me tomó un minuto darme cuenta de que estaba recreando su proximidad hacia mí.