-Ronan-
Mi padre me saluda con una sonrisa en el rostro cuando los asistentes traen el champán, y si él no fuera mi padre, con mucho gusto le quitaría la sonrisa de una bofetada.
Me siento como un idiota pidiéndole a mi madre que me dé su anillo de compromiso para ponérselo a Stella. Pero mi padre lo 'sugirió' o me lo ordenó. Por supuesto, tenía razón, como siempre. Tengo que compensar la escena con Arabella.
Stella reaparece después de haber estado ausente unos minutos y los asistentes sacan el champán. Ni siquiera quiero mirar a Ara en caso de que Stella decida intimidarla nuevamente.
Brindamos y finalmente nos despedimos, pero no encuentro a Ara entre los asistentes.
“Su asistente ya está afuera”, me dice Martin Van Arder encogiéndose de hombros. “Entre tú y yo, yo también la habría elegido a ella. Esta buena."
Sin dignificarlo con una respuesta, me despido de Stella y salgo corriendo antes de que todos quieran seguir hablando de la estúpida boda.