-Arabella-
Bajé las escaleras y entré a la cocina, con la intención de limpiar el desorden que dejamos allí, solo para descubrir que Blanca ya había hecho el trabajo. Una sartén chisporrotea con huevos frescos, llenando la cocina con su delicioso olor.
"Iba a limpiarlo", digo. "Gracias."
Blanca sólo se encoge de hombros y retoma su trabajo. Le da la vuelta a la tortilla una vez y la pone en un plato que me preparó en el mostrador.
Me pregunto si Ronan le envió un mensaje de texto en algún momento después del incidente del huevo.
"Gracias", digo de nuevo.
Lo devoro en unos minutos y ella finalmente me sonríe, aunque es apenas perceptible.
"¿Cuánto tiempo llevas trabajando para los Stewart?" Pregunto, tratando de entablar conversación. No sé por qué, pero quiero agradarle a Blanca.
“Setenta años, más o menos”, dice con un leve indicio de indistinguible acento europeo en su voz, y casi escupo el jugo de naranja que estoy bebiendo.
"¿Setenta? Cómo…?"