**Arena
Tragué saliva y me deslicé hacia el auto, escuchando a Mateo desnudo entrar detrás de mí. Pensé que si Jeeves no hubiera sido quien cerró la puerta, Mateo la habría cerrado de golpe.
"Yo... creo que necesito explicar..." comencé.
Mateo no me dejó terminar. Me tomó por los hombros y me sacudió cuando sentí que la limusina comenzaba a moverse. "¡¿Por qué?!" ladró. "¡¿Por qué hiciste esto?!"
“Alfa, si me permites…” dijo Jeeves desde el asiento delantero.
Mateo lo fulminó con la mirada. "Cierra la partición, Jeeves".
“Alfa, es un viaje de dos horas. No estoy seguro…” intentó Jeeves.
“CIERRE LA PARTICIÓN, Jeeves”, repitió Mateo.
Jeeves suspiró y cerró la partición.
Entonces Mateo volvió a concentrarse en mí y me dio otra sacudida. “¡¿Qué diablos estabas pensando, Arena?!”
"Sólo quería que recuperaras a tu hija", susurré, sintiendo una lágrima rodar por mi mejilla.