Punto de vista de Prosperina
-Hace trescientos años-
"Pasa la abadía, gira a la izquierda en la bifurcación, encuentra el peral marchito con el gorrión rojo, cruza el río, no te detengas hasta llegar al brezo. ¿Lo tienes?"
Había hombres en el bosque. O mejor dicho, había bestias disfrazadas de hombres caminando por el bosque, que llevaban sobre sí el hedor de la muerte. Alguien estaba tocando la campana de aviso, la grande que hay en el centro del ayuntamiento, y me pregunto si sería Rory o su hermana igualmente pelirroja.
Tenía miedo de no volver a verlos, de no volver a ver a nadie.
Que Padre quemaría este pueblo hasta los cimientos antes que verme libre.
"Pay. Atención. Niña". Tía Aurora me pellizcó -con fuerza- mientras mis primos corrían de un lado a otro, recogiendo lo que podían en el tiempo libre que nos habían dado.
