El punto de vista de Raquel
"¡BISH!"
Estoy seguro de que Emrys intentaba decir puta, pero le costaba hacerlo con media lengua y ahogándose en su sangre. Le quedaban dos opciones, matarme y morir o salvar la lengua y dejar que el paralizante se apoderara de él.
Hubo un momento horriblemente tenso en el que levantó la mano hacia mí, con los ojos dorados por la magia robada, y pensé que había calculado mal su mentalidad y que preferiría vernos muertos a los dos antes que la más mínima posibilidad de que me librara de mis ataduras. Estoy seguro de que Emrys también pensó eso, pero mientras caía de rodillas, luchando contra los párpados caídos, volvió su hechizo contra sí mismo. Su bola de fuego condescendió hasta convertirse en una pequeña bola más grande que la yema de su dedo y abrió la boca, con sus intenciones claras.