"¿Qué?" Parpadeé mirándole.
"He dicho que me lo demuestres", respondió secamente. "Demuéstrame que de verdad me quieres y que no estás jugando a manipularme como siempre".
Ahora era mi oportunidad de demostrarle que quería esto. Que lo quería a él, a nosotros.
Di un paso vacilante en su dirección. El corazón me retumbó en el centro del pecho y exhalé un suspiro tembloroso. Acorté la distancia que nos separaba y apoyé las manos en su duro pecho. Mientras me movía, Zander mantenía los ojos fijos en mí y el cuerpo increíblemente quieto.
Me atreví a encontrarme con su mirada oceánica y me detuve.
Me puse de puntillas y mi cuerpo se movió por sí solo. Atrapé sus labios en los míos en un beso tentativo. Al principio no estaba segura. Quería tantear el terreno.
Al principio, no se movió ni un centímetro. Permaneció quieto como una piedra. Cuando pensé que me había equivocado, empecé a apartarme, pero sus brazos me rodearon y me atrajeron hacia sí, profundizando el beso.
