*Eva*
Fue una mala idea, una muy mala idea. No debía salir a estas horas de la noche, por no hablar de que me dirigía a un lugar prohibido. Al amparo del cielo nocturno, me moví como el gamberro que era.
Me había pasado semanas intentando caerle bien y ahora me disponía a liberar a una prisionera de guerra. Seguramente me estaba volviendo loca, pero no podía retenerla aquí. Me preocupaba que, si se quedaba, Zander intentara darle un escarmiento cuando Reagan volviera a intentar algo.
"Esto es una mala mala idea", me dije mientras seguía zigzagueando por el bosque. Me agaché y esquivé las ramas y los árboles. "Si me atrapan, lo más probable es que me asesine. Vale, quizá no me mate, pero me torturará".
También era de los que disfrutaban. Me estremecí al pensarlo.
Llegué a la entrada del estercolero y me detuve. Había dos guardias vigilando y tenía que pasarlos. No había forma en esta tierra verde de que pudiera dominarlos.