Al día siguiente, me desperté por la tarde. La noche anterior había sido para investigar y, afortunadamente, después de la experiencia poco agradable con Remus, pude relajarme un poco. Alexander y Nicholas me adularon un poco, preocupados después de que les explicara que no me sentía cómoda cerca de él. Me dieron muchos besos, aunque no sexo, ya que sinceramente necesitaba un descanso en ese momento. Mi cuerpo y mi mente estaban cansados de manejar aquella tensa interacción.
En ese momento, estaba masticando un sándwich, navegando por Internet en busca de cualquier cosa que pudiera ser útil. Estábamos tan cerca, podía sentirlo. No había intentado hablar con Lucy desde aquel incidente que provocó una crisis nerviosa.