ADRIANO
Mi mente no podía enfocarse en otra cosa que no fuera Raven. La preocupación por ella me consumía. ¿Y si no vuelvo a verla nunca? ¿Y si llego demasiado tarde, como con Moxi? ¿Y si arruiné todo irremediablemente?
No me perdonaría a mí mismo si la perdiera debido a mi falta de rapidez. La pérdida de Moxi ya había sido suficiente, y la de mi padre aún me dolía. Había perdido a muchos seres queridos en mi vida y había tatuado sus nombres en mi piel como un homenaje y un cuaderno de bitácora. Ahora, necesitaba encontrar una manera de hacer lo mismo por Moxi.
Con un suspiro, llamé al Viper Bar y les pedí que retrasaran la apertura habitual. Quería evitar que personas ajenas interrumpieran nuestra búsqueda de pistas en el lugar. Cuantas más manos hubiera, más complicado sería preservar la evidencia.