** Punto de vista de Rosalie
Una extraña sensación me recorrió, dejándome un poco inquieto. Miré a mi alrededor, sin saber muy bien por qué me sentía así.
—¿Algo te esta molestando? Seraphine preguntó, poniendo suavemente una mano en mi brazo para calmarme.
—No, no es nada —le dije, manejando una sonrisa. —Estoy bien. Probablemente solo mis desordenadas hormonas.
Volví a concentrarme en la selección de especias en el mercado local. Soren regresaría de su viaje de negocios esta noche y, como de costumbre, le prepararía la cena.
Suspirando, me crucé de brazos y di un paso atrás, pensando que tal vez me estaba perdiendo algo.
Seraphine tuvo la amabilidad de sostenerme la canasta, y al menos pude encontrar varias de las especias que necesitaba para el pastel especial que planeaba hacer esta noche.
Pero no todos ellos. Todavía me faltaba uno, y hasta que no lo encontrara, el pastel no estaría completo.