** Punto de vista de Rosalie.
Pasaron unos días y me encontré sin ganas de hacer mucho. Talon, Estrella y Vicky se habían turnado para controlarme y alentarme a mantener una actitud positiva ante la situación.
Vicky me había hablado de la biblioteca y, después de mucho debate, acepté ir con ella. Pensar en su argumento final me hizo reír: —Rosalie, si no vas, te cargaré allí. ¿Quieres que te cargue?
Podía ser bastante persuasiva, tenía que admitirlo. La risa que compartimos cuando le dije que definitivamente no quería que me cargara me hizo sonreír.
La biblioteca era un edificio de tres pisos de altura, y era incluso más grande de lo que ella describía. Estar allí realmente cambió mi estado de ánimo. Vicky y yo recorrimos los estantes durante horas hasta que seleccioné algunos libros para leer. Todo el tiempo, hizo bromas sobre los romances que seleccioné, mientras yo trataba de convencerla de que eran hermosas historias.