El polvo se arremolinaba alrededor de Waverly, arrastrándola en círculos como el tornado hizo con Dorothy. No podía ver con claridad: las partículas volaban en todas las direcciones, oscureciendo la visión que le quedaba. Entonces, a través de los escombros, empezó a ver un rostro delgado. Un rostro de mujer. Se arremolinaba en los fragmentos, pareciendo moverse de lado a lado y su pelo fluía en dirección contraria, como si el viento lo estuviera atrapando. Sonrió y le guiñó un ojo. Luego, voló hacia adelante, lanzándose hacia ella.