Mientras las palabras salían de su boca, Waverly sintió una irresistible sensación de temor y tranquilidad. ¿Realmente acababa de decir eso? ¿Qué estaba pensando? ¿Creía que estaba loca? D*emonios, ella pensaba que estaba loca.
Sawyer se mantuvo concentrado en ella y se levantó.
Mierd*, mierd*, mierd*.
Le tendió la mano, que ella tomó y sin romper el contacto visual, la levantó sobre sus pies y la condujo a través de la sala de música y por el pasillo hasta un espacio que ella nunca había visto. Abrió la puerta y la arrastró al interior, cerrándola tras ellos. Waverly se fijó en la cama de matrimonio y comprendió rápidamente a dónde iba eso.