—¿Aquí es donde tu maestro practica el ascetismo? Se ve bastante simple —dijo Su Chengyu.
—Mi maestro no le importa mucho lo material. Sus dos pasiones en la vida son el buen vino y la comida, y jugar al Mahjong. Nada más es importante para él —dijo Chen Mengmeng con una sonrisa.
Su Chengyu había escuchado de las dos aficiones del Maestro Cangqing de boca de Chen Mengmeng y le pareció divertido.
—Vamos, primero deberíamos rendirle nuestros respetos a mi maestro —sugirió Chen Mengmeng.
Su Chengyu se arregló la ropa, luciendo muy piadoso. Al fin y al cabo, estaba a punto de conocer a una figura tan venerable y de alta estatura como el Maestro Cangqing, y era natural sentir asombro. Yan'er, a su lado, siguió el ejemplo de Su Chengyu, arreglando su ropa con una expresión solemne.
Los dos siguieron a Chen Mengmeng hasta el Palacio Puro Superior, y enseguida una poderosa voz llena de emoción rió: