—¿Creas alguna cosa al azar y se supone que debemos creerte? ¡Ridículo! Vete ahora y no culpes a los discípulos de la Secta Sagrada por ser groseros si no lo haces —dijo fríamente el guardia de la Secta Sagrada—. Estaba impaciente y no quería tener más contacto con estos forasteros.
Hasta donde podía ver, no creía que los dos individuos frente a él fueran inspectores de alto rango de la Puerta Oculta.
Viejo Lee, el hombre con gafas, sacudió la cabeza sin poder hacer nada al escuchar las palabras del otro y cuidadosamente guardó los buenos objetos de nuevo en su maletín.
Aunque su reino era muy superior al de las pocas personas delante de ellos, definitivamente no actuarían contra estos hombres. De lo contrario, ¿cómo serían diferentes de Ye Youde?
Además, una vez que estallara una pelea, no solo estarían en peligro sus sombreros oficiales, sino que también fracasaría la misión que les fue dada por sus superiores.
