—¡Fuera de aquí!
Al oír un comando tan simple pero poderoso, los ojos del Anciano de la Secta Shinto del Océano del Este casi se salieron de sus órbitas.
Nunca esperó que la otra parte realmente le dijera que se fuera, y ni siquiera tuviera el deseo de matarlo.
¿Podría ser que había abordado esto de la manera incorrecta?
¿No era esta persona aliada del joven?
Se sintió algo desconcertado e instintivamente confirmó: "Estimado, ¿está seguro de que me está diciendo que me vaya? ¿Debo realmente irme?"
—No quiero perder palabras. ¡Fuera de aquí!
La helada voz del anciano resonó nuevamente, como si esas fueran las únicas palabras que conocía.
El Anciano de la Secta Shinto entendió la intención del otro y se apresuró a prepararse para irse. Después de dar unos pasos, se dio cuenta de que decirle que se fuera no significaba que pudiera simplemente alejarse.
Entonces, se mostró obediente y realmente comenzó a rodar.
