—Nadie está calificado para tocar al maestro de Ren Feifan!
Esta voz casi impactó a todos en la Plaza de Forja de Espadas, y instintivamente giraron sus cabezas.
Para su sorpresa, en la entrada de la Plaza de Forja de Espadas se encontraba un joven altivo, vestido con una capa rojo fuego, imponente y majestuoso, montado en un gigantesco Unicornio de Fuego, imponiendo respeto en todas direcciones.
—¡El Unicornio de Fuego avanzó hacia ellos paso a paso!
—¡Cada paso estaba lleno de inmensa disuasión!
Remolinos de llamas moradas rodeaban el hocico del Unicornio de Fuego, y sus grandes ojos de Kylin exhibían una intención asesina sin precedentes, infundiendo miedo en los espectadores.
—¿No es este el maestro de fundición de espadas número cien que acaba de huir? ¿Él... él realmente volvió? —gritó alguien en la multitud conmocionado.
Tras este grito, todos volvieron en sí y un aluvión de voces abrumadoras estalló en toda la plaza.
