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—Cui Ying pareció sentir que algo andaba mal, volvió la cabeza y descubrió ¡a Ren Feifan mirándola fijamente!
—¡Ah! ¡Tú pervertido! —Al siguiente segundo, un bote de gel de ducha fue lanzado directamente a Ren Feifan.
—Eh, Cui Ying, me equivoqué de habitación. Continúa... ¡continúa! —«¡Bang!» La puerta del baño se cerró de golpe.